POR MARCOS CARUSO
Instagram: @caruso_ml
Cosby, que concretó su
primera presentación ante el público de habla hispana, es uno de los autores
más importantes que surgió en los últimos tiempos en la novela negra,
específicamente entre autores sureños de los Estados Unidos.
Se crió en un pueblo costero
de Virginia, en una familia humilde cuyo padre trabajaba como pescador. Años
después, cuando ya se desempeñaba en todo tipo de empleos, escribía ficción y
vendía los originales con dificultad, hasta que conoció a su agente y todo
cambió.
Más de cuatro décadas
después, el autor de Lágrimas como
navajas integra el prestigioso club de la novela negra americana, es
reconocido por la crítica y tiene el apoyo de Michael Connelly y Stephen King,
entre otros.
Su esencia en la ficción
policial son Walter Mosley, Dennis Lehane y Elmore Leonard. “Me hicieron dar cuenta de lo que era capaz
de hacer esta literatura. Son libros que se quedan con uno después de leerlos.
Y ellos tres fueron mi último impulso: hacen algo mágico aunque escriban sobre la oscuridad. Tenerlos
como amigos ha sido un regalo. Ahora intento seguir su camino”.
S. A. Cosby (Shawn Andre
Cosby, Newport News, 50 años) se aproximó a la narrativa a los siete años. Su
madre le leía cuentos para que se durmiera, pero a Shawn no le gustaban los
finales. La madre le propuso entonces que los reescribiera a su gusto, ejercicio
que lo enganchó para siempre a la literatura.
En sus novelas manifiesta una
crítica a la situación racial en los Estados Unidos, pero a su vez se observan
elementos específicos del género: acción muy efectiva en términos narrativos,
intriga y tramas bien construidas. Sus personajes son afroamericanos como él, y
su fuerza y profundidad son el homenaje que el autor le hace a sus pares, “que han sido tratados con injusticia e
indignidad”, afirma.
Esta mirada sobre su país y
sus problemas raciales ayudaron a que se convirtiera en un referente dentro del
género. En sus novelas, Cosby aborda temas sociales profundos, explorando la
historia y las realidades del sur de los Estados Unidos. Con un enfoque
distinto dentro del noir, Cosby elude el típico entorno urbano, explorando las
raíces sureñas con una autenticidad palpable.
Para él
la novela negra “es como un telescopio a
otros lugares, pero puedo ver el dolor, el amor, la amistad… Conocemos a las
personas en los peores momentos y están intentando hacer las cosas bien. Se
puede hablar aquí de racismo, homofobia, de temas primordiales. No tengo mucha
originalidad en cuanto a argumentos, pero sí la tengo en cuanto a personajes.
Mis personajes no son buenas personas. Son personas que hacen cosas buenas.
La novela negra es el evangelio de los
pobres y los olvidados. Es el mejor género para abordar la crítica social.
Habla de dolor, pérdida y desesperación, pero de una manera que vemos y
entendemos”.
En su antebrazo derecho se lee un tatuaje que es un designio: “Los escritores cuentan mentiras para encontrar
la verdad.”
La verdad y la culpa son
dos de los grandes temas que recorren su obra, marcada por la presencia
constante del sur de su país: los paisajes, los paisanos y las injusticias. “Hay que ser muy fuerte para vivir en el sur,
un tipo de fuerza muy especial después de todo lo que ha pasado, pero es un
lugar que adoro, donde la fuerza de la comunidad está muy presente”,
comenta.
Muchos de
sus personajes fundamentales son de raza negra y enfrentan circunstancias
difíciles. Son personas comunes a las que el lector se puede cruzar en la
ciudad, creíbles y sólidos, sin que respondan a ningún estereotipo.
Sólo
quieren olvidarse de un pasado criminal y hacer el bien, que la dificultad del
pasado deje de nublarlos y disolverlos en una culpa que los acicatea.
Y para
que esto suceda, Cosby los piensa de tal forma que, al escribir, ya sabe hasta
lo que van decir. “Primero pienso en los
personajes, lo que quieren decir, luego viene todo lo demás. Eso es lo más
importante, porque al final no hay tantas tramas de ficción”, comentó. En Lágrimas como navajas hay dos
protagonistas opuestos, no sólo por su color de piel sino hasta en lo esencial
del ser humano, emparentados nada más que por la acumulación de antecedentes
penales que se han ganado a lo largo de sus vidas, la fobia que les generaba la
homosexualidad de sus hijos y la obsesión por vengarse de aquel que los
asesinó.
Ike
Randolph es negro y estuvo en la cárcel el tiempo suficiente como para no
querer ser molestado por un policía ni por haber estacionado mal, pero un
hombre negro siempre mira de soslayo a la policía.
Algo lo
rompe: su hijo Isiah fue asesinado junto a Derek, su marido blanco. Aunque nunca había aceptado completamente a
su hijo, Ike ahora está destrozado por la tragedia.
Buddy
Lee, un hombre blanco, estaba desilusionado de su hijo Derek por su condición
de gay y Derek estaba avergonzado de que su padre fuera un criminal. Buddy Lee
sigue vinculado con el inframundo y quiere saber quién mató a su hijo.
Ike y Buddy Lee, dos exconvictos con pocas cosas en común se unen en su
desesperado deseo de venganza. Buscarán hacer mucho más por sus hijos ahora que
están muertos de lo que hicieron mientras estaban vivos. Una tarea en la que
también se enfrentarán a la intolerancia racial y de género en el ámbito del
sur rural de los Estados Unidos.
A su vez
lucharán contra sus prejuicios y lo que como padres significaron para sus
hijos.
“No digo que todo el mundo en los Estados
Unidos sea racista, pero el racismo juega un rol, una parte muy importante en
todo lo que pasa en mi país”,
resume.
En Maldito asfalto (Blacktop Wasteland, en su
original, que vendría a ser algo así como Páramo asfaltado), Cosby planta a su
personaje con el corazón. Se lo va sintiendo a este Beauregard Bug Montage, mucho más que un mecánico
que es tan hábil como conductor y como ladrón.
“Es
un libro que quería hacer, se vendiera o no. Necesitaba escribirlo. Cuenta la
historia de personas como con las que crecí. Es un libro que cambió mi vida”, dice el escritor.
Bug, hombre honesto, esposo cariñoso y padre trabajador,
tiene en claro que el futuro es esquivo para el hombre que solía ser: conocido
desde las colinas de Carolina del Norte hasta las playas de Florida como el
mejor volante de la costa este.
Alejado
de quien había sido, su nueva vida que con tanto esfuerzo había levantado
comienza a descascararse, a agrietarse, a caerse en pedazos, vuelve, al igual
que ese Max Dembo creado por Edward Bunker en la memorable No hay bestia tan feroz (Sajalín), a un
mundo de sangre y balas ni bien se reencuentra con un viejo colega que le
propone el robo a una joyería que lo alejará de sus penas.
Bug siente que no tiene más remedio que volver al
asiento del conductor y vuelve a ser aquél que había sepultado cuando el olor a
nafta se mezcla con el olor de la adrenalina, con el miedo.
Al unísono, fantasmalmente repasa quién solía ser y el padre que desapareció
cuando más lo necesitaba. Ahí se plantea cómo navegar por este páramo
asfaltado... o morir en el intento. Por momentos se trazan paralelos con Drive, de James Sallis, pero Maldito
asfalto, con su toque sureño de cine negro, es una historia encendida y
operística de un hombre llevado al límite por la pobreza, la raza y su propia
vida criminal anterior.
Cosby
está terminando su cuarta novela, Todos los pecadores sangran, un
proyecto que comenzó en 2019. “George
Floyd acababa de ser asesinado por la policía cuando comencé a escribir esta
novela. Un hecho que me dejó devastado y quería hablar sobre lo que estaba
pasando: sobre el racismo en los Estados Unidos, sobre la corrupción y la
brutalidad policial. El proceso me ayudó a afrontar estos problemas”.
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SUS LIBROS EN ESPAÑOL
MALDITO ASFALTO
(Blacktop wasteland)
S. A. Cosby
Editorial Motus Thriller
Beauregard
"Bug" Montage es un esposo, un padre, y un mecánico honesto. Pero
alguna vez fue conocido, desde Carolina del Norte hasta las playas de la
Florida, como el mejor piloto de carreras clandestinas de la región. Tal como
su padre, desaparecido hace muchos años.
Su vida
parecía encaminarse, parecía que podía dejar atrás definitivamente el mundo del
crimen, que lo marcó desde pequeño. Pero su situación financiera se ha vuelto
imposible, las necesidades de su familia se acumulan, está endeudado y a punto
de perderlo todo. Pocos lo pueden ayudar en la pequeña ciudad donde vive, llena
de prejuicios raciales.
Bug detesta
tener que recurrir a lo único que sabe: buscar un trabajo sucio otra vez,
usando su habilidad incomparable para conducir bajo alto riesgo y a toda
velocidad. El maldito asfalto es su condena, es el legado de su padre, y es
donde Bug sabe que encuentra algo más, casi como una droga.
Por eso
acepta participar en un robo de diamantes —le jura a Kia su mujer, “el último”—
aún con esos advenedizos que lo han contratado. No debió hacerlo. Algo sale
horriblemente mal, y Bug es arrastrado a un inframundo mugriento y asesino, del
que no sabrá cómo escapar, sin destruir lo que más ama en este mundo.
LÁGRIMAS COMO NAVAJAS
S. A. Cosby
Editorial Motus Thriller
--PREMIO ANTHONY A LA MEJOR NOVELA
2022--
Un padre
negro. Un padre blanco. Dos hijos asesinados. Una misión de venganza.
Ike Randolph
salió hace quince años de la cárcel. Desde entonces no ha tenido ni siquiera
una multa por exceso de velocidad. Sin embargo, un hombre negro siempre teme a
la policía. Lo último que espera escuchar es que su hijo Isiah haya sido
asesinado junto a su marido blanco, Derek. Ike nunca había aceptado
completamente a su hijo, pero ahora está destrozado por la tragedia.
El padre de
Derek, Buddy Lee, estaba casi tan abochornado de Derek por ser gay como Derek
estaba avergonzado de que su padre fuera un criminal. Sin embargo, Buddy Lee
todavía tiene contactos en el inframundo y quiere saber quién mató a su hijo.
Ike y Buddy
Lee, dos exconvictos con pocas cosas en común se unen en su desesperado deseo
de venganza. Buscarán hacer mucho más por sus hijos ahora que están muertos de
lo que hicieron mientras estaban vivos.
SOBRE EL AUTOR
S. A. Cosby es uno de los autores más importantes
que ha surgido en los últimos tiempos en la literatura de crimen,
específicamente entre autores sureños de Estados Unidos.
Se crió en
una familia humilde en un pueblo costero de Virginia. Mientras trabajaba en
todo tipo de empleos, escribía ficción y vendía con dificultad, hasta que, a
través de un amigo, conoció a su agente y le cambió la vida.
Maldito
Asfalto y Lágrimas como navajas
han sido premiados y aclamados por la crítica y los lectores. “Mis personajes
son afroamericanos como yo, y su fuerza y profundidad son el homenaje a mi
gente, que ha sido tratada con injusticia e indignidad.”
En X:
@blacklionking73
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