Michael Mc Dowell nos fascinó con Los elementales y La Bestia Equilátera no dudó en seguir rescatando su obra (para nuestro placer). Luego de Agujas doradas, llega Katie, la historia de una niña con poderes de adivinación que, junto a su padre y a su madrastra, conforman un equipo criminal y sin un gramo de humanidad. De hecho, Katie disfruta de los crímenes que comete. Y en algún momento se topa con Philo Drax, una buena chica, inocente, trabajadora, que vive con su madre en un pueblito. Una carta desesperada del abuelo de Philo, un viejo con algo de dinero y campos que está siendo desangrado por esta familia criminal, las enfrenta. Y mientras Katie se va puliendo en su maldad, Philo se va fortaleciendo para defenderse y neutralizarla.
Los malos son malísimos y los buenos son buenísimos, a pesar de sufrir desgracias horrendas. Pero, lejos de quitarle encanto, esta característica nos centra en la acción delirante de la historia y en los diálogos sublimes. No tenemos tiempo para entristecernos por las injusticias porque Katie nos puede meter un martillazo en el cráneo y descartar nuestros restos muerta de risa y con poco cuidado. Y eso hace que la historia sea deliciosa, ingeniosa y que nos atrape hasta el final. Ojalá que la Bestia siga revolviendo en la bibliografía de este maravilloso autor.
¡Ah! Y para los que nos quejamos de las traducciones, Teresa Arijón nos calla la boca con un trabajo de lujo.