martes, 2 de agosto de 2016

NOVEDAD: Ediciones Akal presenta una nueva edición del Libro de los pasajes de Walter Benjamin


Una edición en rústica pensada para que este libro fundamental sea más accesible al público latinoamericano.

LIBRO DE LOS PASAJES
Walter Benjamin
Colección Vía Láctea
Editor Rolf Tiedemann
Traductor Luis Fernández Castañeda / Fernando Guerrero / Isidro Herrera Baquero

“El fragmento es el material más noble de la creación barroca”, advirtió Walter Benjamin en el Origen del drama barroco alemán. Interpolar lo minúsculo para que “los pequeños particulares momentos” descubran “el acontecimiento histórico total” fue la divisa con la que intentó hallar los orígenes del presente.

Imaginado primero como el proyecto de un texto que compartiría con su amigo Franz Hessel, luego como idea central de un ensayo jamás escrito –Pasajes de París. Un cuento de hadas dialéctico– y más tarde como continuación de Calle de un solo sentido, el libro de Los pasajes (Das passagen - Werk), la insólita empresa intelectual, nunca redactada, con la que Walter Benjamin pretendía trazar las coordenadas para crear una filosofía material de la historia del siglo XIX es quizá la obra más ambiciosa y audaz que acuñara pensador alguno en torno a la crítica de la modernidad.

A lo largo de trece años, desde 1927 hasta su muerte en 1940, Walter Benjamin trabajó en la obra capital que iba a ser el libro sobre París, el llamado Libro de los Pasajes, una filosofía de la historia del siglo XIX. Buena parte de los textos mayores que escribió durante los diez últimos años de su vida -el ensayo sobre la obra de arte, los trabajos dedicados a Baudelaire y las tesis "Sobre el concepto de la historia"- surgió de los "Pasajes". Todo lo que se conserva de este enorme trabajo -miles de apuntes y fragmentos- se publicó por primera vez en el volumen quinto de las Obras completas de Surhkamp, que es el que ahora se presenta íntegramente por primera vez en castellano.
 A lo largo de sus páginas, el Libro de los Pasajes se erige en uno de los más estupendos fragmentos de la literatura alemana, comparable a los Philosophische Lehrjahre, de Friedrich Schlegel, y a La voluntad de poder de Nietzsche.

Sobre el autor
Walter BenjaminNació el 15 de julio de 1892 en Berlín, donde comenzó sus estudios de filosofía, que prosiguió en Friburgo, Múnich y Berna. Su vocación académica quedó truncada al no ser aprobada su tesis doctoral -El origen de la tragedia alemana (1928)- en la Universidad de Fráncfort. Próximo a los postulados del pensamiento marxista de György Lukács, mantuvo una estrecha relación con el dramaturgo germano Bertolt Brecht. De origen judío, tras la subida del nazismo al poder huyó a Francia, donde prosiguió su obra teórica. Ante el avance nazi sobre Francia, en 1940 huye con su hermana a Lourdes y consigue un visado para viajar a Estados Unidos, facilitado por Max Horkheimer. Al atravesar la frontera franco-española, es detenido por la policía y pone fin a su vida.

Pensador alemán cuya obra, fragmentada e incompleta, es, por su valor de sugerencia y proyección en el pensamiento actual, una de las más relevantes del pasado siglo XX. Desde una concepción definida como 'utopismo negativo', primero desde posiciones marxistas definidas y, más tarde, con una visión que se inscribe en el espíritu crítico de la Escuela de Fráncfort; Benjamin analiza la 'subversión de la tecnología', esto es, su determinante relación con el arte y la cultura y la autonomía de la sociedad. La dirección del desarrollo tecnológico diseñado desde las posiciones de poder acentúa el poder, el control, el mismo sentido de la innovación.
La comunicación y las industrias de la cultura están presentes en su obra, que aborda aspectos como la cultura de masas, la percepción, la función social y política de la transmisión mecánica del conocimiento, las modas, el lenguaje, etc. La tecnología predefine el contenido, como señala al analizar las transformaciones culturales del cine, o la pérdida del 'aura', de la experiencia, de la vivencia, en la reproducción fotográfica.
La técnica dirige la comunicación, la orienta, la lleva a la masa, la convierte en un instrumento de control por parte de las clases dominantes. Al tiempo, transforma el discurso. No sólo se cambia la experiencia cognitiva por la 'experiencia tecnológica', sino que el valor narrativo de la historia, la percepción cultural del pasado, se degrada en el hecho comunicativo de la noticia, de la información, del valor efímero de la reproducción. La toma de conciencia basada en la experiencia es sustituida por la inducción de una construcción artificial o virtual de la realidad.
La dimensión temporal de la experiencia narrativa desaparece en el sistema de medios, donde prevalece la instantaneidad de la noticia. El valor de la experiencia colectiva se diluye en la soledad del consumo técnico, en la inducción dirigida de la 'experiencia tecnológica'.
Entre los textos de referencia sobre los efectos de la reproducción técnica del arte y la memoria se halla La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica (1936), en el que teoriza acerca de los valores de la experiencia y la información, sobre la percepción, experiencia y conocimiento, etc.

Tras siete años de exilio en distintos puntos de Europa (en siete años, 28 direcciones), el último pasaje de la vida de Walter Benjamin se halla en Portbou. Una muerte que ha sumado zonas oscuras e hipótesis diversas. Durante años, ni siquiera se conocía el lugar exacto del cementerio donde fue enterrado. A partir del año 1991, a raíz de la investigación previa al rodaje de la película La última frontera y la realización del Memorial de Dani Karavan, se localizaron los documentos oficiales en el Ayuntamiento de Portbou que permitieron disipar dudas acerca de cuáles fueron las circunstancias exactas de su muerte. No obstante, algunos interrogantes siguen abiertos.

Los fragmentos que se reproducen forman parte del libro de Lisa Fittko Mi travesía de los Pirineos (Barcelona: El Aleph, 1988), en el cual esta activista que ayudó a cruzar la frontera pirenaica a numerosos refugiados, explica su travesía con Walter Benjamin.

En enero de 1938, en el puerto de Sanremo, despedía a sus amigos Theodor y Gretel Adorno, quienes partían hacia Nueva York. Cuando estos le aconsejaron que siguiese el mismo camino, Benjamin respondió: Hay posiciones por defender en Europa. En ese mismo año, su hermano Georg, médico y concejal comunista en Berlín, era detenido. A finales de febrero de 1939, la Gestapo retiró la nacionalidad alemana a Benjamin. No podía abandonar Francia sin un permiso de residencia otorgado por el país de destino que acreditase su condición de refugiado alemán. El 1 de septiembre de 1939 fue internado en un campo de concentración y posteriormente en un campo de trabajadores voluntarios en Nevers. A finales de noviembre, fue liberado gracias a la intervención de amigos franceses y regresó a París, donde escribió su último libro, inacabado: Tesis sobre la filosofía de la historia (Über den Begriff der Geschichte Thesen). En 1940, cuando la Francia de Vichy ya había firmado el armisticio con el Tercer Reich y las tropas nazis estaban a punto de entrar en París, en el mes de mayo abandonaba precipitadamente la ciudad (su apartamento había ya sido registrado por las autoridades). Al día siguiente, Hitler ocupaba París.



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