El
paraíso opuesto arranca en un reino imaginario para
convertirse en una poderosa novela de iniciación. Plena de situaciones
delirantes, personajes adorables e ingeniosos diálogos que remiten a la
literatura anglosajona clásica, esta es una de esas joyitas que La Bestia
rescata de la historia literaria con una impecable traducción y que no hay que
perderse.
EL PARAÍSO OPUESTO
Antal Szerb
Traducción de Laura Wittner
Una tranquilidad
inquietante empaña el reino de Oliver VII. Emboscadas y trampas mortales
cumplen un extraño circuito feudal. Alturia, monarquía otrora indeclinable, se
encuentra al borde de la quiebra, con un golpe de estado a punto de ocurrir.
Escenas oníricas se suceden a oscuros complots. La revuelta estalla en las
puertas del palacio real y Oliver huye de incógnito a Venecia.
El ojo maestro del
pintor Sandoval registra las escenas aledañas, decisivas o baladíes, con una
puntería y certeza por completo ajenas a los énfasis habituales. No es un ojo
solo sino toda una percepción, entrenada y única. Las alarmas, las cautelas,
los disfraces, las rápidas transiciones y los cambios (no solo de traje sino de
identidad) resultan, como en Mozart, recursos perfectos.
Antal Szerb es capaz
de dejar en la superficie de la prosa, como un reguero de pistas o claves, los
hechos desnudos y los efectos de causas remotas. Su elegancia es hoy tan
inusual que a veces nos hace desconfiar de que el acto de leer sea aquello
mismo a lo que estábamos acostumbrados. Describe así una inestabilidad
equiparable a la del imperio austrohúngaro en un idioma no del todo a salvo de
enérgicas intrigas dignas del dialecto de Shakespeare y los dramaturgos
isabelinos. En pocos, en muy pocos casos se encuentra un enrarecimiento narrativo
a la vez tan perturbador y satisfactorio.
Sobre el autor
Hasta hace un
tiempo, la llamada “literatura europea” parecía allanar nuestra ignorancia e
indiferencia por el lugar donde el género novela nació, con un suministro
variado de nombres y títulos para ser memorizados más que leídos.
La obra de Antal Szerb (1901-1945) combinó los
mejores elementos de la literatura fantástica y la narrativa realista, sin
descuidar una conducta que, de los Principia
Ethica de George Moore a la Minima
moralia de Theodor W. Adorno, resultó absolutamente irreprochable. Elegido
presidente de la Academia literaria húngara con apenas 32 años, Szerb ganó una
temprana reputación con sus ensayos sobre William Blake y Henrik Ibsen. En 1934
publicó su primera novela, La leyenda de
los Pendragon, que narra la experiencia de su vida en Inglaterra. El viajero bajo el resplandor de la luna
(1937), su libro más conocido, transcurre por completo en Italia. En 1942
apareció El paraíso opuesto en
Hungría bajo el seudónimo de A. H. Redcliff.
A Antal Szerb, como
a todos los hombres, de acuerdo con lo que Borges dijo de Juan Crisóstomo
Lafinur, “le tocaron malos tiempos en que vivir”. Como a quienes correspondió
ser a la vez, y a menudo en el exilio, portadores de una nacionalidad y una
religión en conflicto, Szerb descubrió tarde las raíces de su linaje. Y, tras
una vida de católico, afrontó con total valentía su destino de judío, en
tiempos en que la campaña más despiadada y sangrienta de la historia del siglo
XX se llevaba a cabo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario